lunes, 9 de febrero de 2009

El Arte de Programar

Muchos de los que me conocen saben que mi principal pasión y hobby son las computadoras. O mas específicamente, programar. Muchas han sido las noches, madrugadas y fines de semana invertidos en pelear con un algoritmo para optimizarlo, aprender las idiosincrasias de un lenguaje de programación, resolver problemas que han sido resueltos infinidad de veces solo por el placer de tratar de "descubrir" su solución, programar una aplicación simplemente para aprender cosas nuevas.

Nunca me había detenido a pensar el porque me mi fascinación hasta un día en que me encontraba leyendo el libro "The Mythical Man-Month" (Frederick P. Brooks, Jr) , donde encontré un fragmento que describe perfectamente la razon de mi apasionamiento:

"Por que es divertido programar? Que placeres puede esperar su practicante como recompensa?

Primero es la enorme alegría de crear. Al igual que el niño se deleita con sus castillos de arena, así el adulto disfruta construyendo cosas, especialmente cosas de su propio diseño. Creo que este placer debe ser una imagen del placer de Dios en crear, algo evidenciado por la exquisita originalidad que se encuentra en cada hoja de árbol y cada copo de nieve.

Segundo esta el placer de crear cosas que son útiles a otras personas. Muy en nuestro interior, queremos que otros usen nuestro trabajo y lo encuentren util. En este sentido programar un sistema no es diferente al primer "porta lapices" que un niño le construye a su papa.

Tercero es la fascinación de construir objetos complejos compuestos de mucha partes móviles y observarlos funcionando en ciclos sutiles, siendo estos consecuencia de los principios con los que fueron construidos desde el principio. Un programa de computadora ejecutándose tiene la misma fascinación que una maquina de pinball o una rocola, en su máxima expresión.

Cuarto es la alegria de estar siempre apendiendo, dada la naturaleza no repetitiva de la tarea. En una forma u otra el problema siempre es como nuevo, y el que lo resuelve siempre aprende algo: a veces teorico, a veces practico, a veces ambos.

Finalmente, esta el placer de trabajar en un medio tan maleable. El programador, como el poeta, trabaja prácticamente en el terreno del pensamiento puro. El construye castillos en el aire, hechos de aire, creando solo por el ejercicio de su imaginación. Pocas creaciones son tan flexibles, tan fáciles de pulir y rehacer, tan aptas para representar grandes estructuras conceptuales.

Mas un programa, a diferencia de las palabras del poeta, es real en el sentido que se mueve y trabaja, produciendo salidas visibles diferentes a si mismo. El imprime resultados, traza dibujos, produce sonidos, mueve brazos mecánicos. La magia de mitos y legendas se ha vuelto realidad en nuestro tiempo. Alguien escribe el hechizo correcto en el teclado, y la pantalla vuelve a la vida, mostrando cosas que no existían, y nunca podrán ser.

Programar, entonces, es divertido porque gratifica el deseo creativo que existe dentro de nosotros, y deleita las sensibilidades que tenemos en común con todos los seres humanos"


Ahí lo tienen: La satisfacción de crear de la nada, crear cosas útiles, juntar piezas para crear algo mas complejo, estar continuamente aprendiendo, poder hacer y rehacer mil veces lo creado hasta que lo considero perfecto.

Esas son las razónes de mi pasión.

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